¿Y los partidos?

Dicen bien que cuando tenemos problemas o dificultades conocemos a los que sí son amigos.

El título de nuestra columna de hoy tiene que ver con el papel que durante esta pandemia juegan esos organismos financiados por el pueblo.

Conocemos vía redes sociales de un buen activismo por parte del PAS y el PRI, mientras que el partido político que se supone sigue siendo mayoritario parece brillar por su ausencia.

Los comentarios que sobre esto último se hacen por parte de los chairos son de que en MORENA apoyan a la raza de manera callada, sin presumir.

Será el sereno, pero lo cierto es que los morenistas no se ven respaldando a la raza como los priístas y los pasistas, y en varias de sus acciones y pronunciamientos actúan incluso en contra de los intereses de quienes supuestamente representan.

Hay que serlo, pero también parecerlo.

De pena ajena y como burdo pretexto, el alegato de que los apoyos que se otorgan mediante despensas son puro oportunismo político con interés electorero.

El punto es que el partido político con más recursos económicos es el que menos apoya al pueblo en las dificultades de esta contingencia.

Es la realidad, por más maromas que intenten para ocultarlo.

Pero la neta es que ni tantita vergüenza les da.

Platicaba con un buen amigo y colega sobre la próxima elección de gobernador, y sobre el morenismo opinó que “yo digo que no gana ni a mentadas de madre”.

Se va a saber, y estamos a casi un año de los eventuales comicios.

¿DEVASTACIÓN?

Contra los interminables optimismos de ya saben quién, “expertos” nacionales e internacionales pronostican que la crisis económica en México será devastadora, la peor desde la recesión de 1930.

No descartan incluso que resulte peor que la de hace casi un siglo.

Hay incluso advertencias de un agravamiento todavía mayor al natural por la falta de un programa de rescate financiero que de verdad apoye a los cientos de miles de empresas y trabajadores afectados.

De muy poco o casi nada sirven los créditos anunciados, algunos de los que salen por instituciones privadas pero se presumen como públicos.

La recuperación será lenta y tardará mucho, nos alertan.

Pero el presidente de la república tiene otros datos, y le vale.

EL SEMÁFORO

El gobierno federal pretende imponer por sus puras pistolas los regresos a la “normalidad” para cada una de las entidades federativas.

Será un semáforo con luces regionales pero cambiarán de color según lo disponga el gobierno federal, amenazó la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.

Pistolita con balas de salva, porque ninguna facultad tienen para imponer a un estado de la república medidas que en lo local se considere que atentan contra el derecho a la salud y la vida.

Autoritarismo y tontejez de la 4T, para explicarnos mejor.

De entrada, varios gobernadores advirtieron que tomarán sus propias decisiones.

Y punto, dijera mi amigazo Felipe Martínez.