No nos callarán

Por supuesto que hay razones importantes para festejar el Día de la Libertad de Expresión, a pesar de que el periodismo vive una de sus peores etapas como consecuencia del linchamiento permanente por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador y su cuarta transformación.

Tenemos por fortuna a muchos periodistas valientes que no se intimidan por las amenazas y los insultos desde las más altas esferas del poder.

No son pocos los comunicadores que han perdido empleos y espacios por el acobardamiento o el facilismo de esas empresas que pisotean su propia dignidad a costa de seguir haciendo negocios, en el ceder ante los chantajes o por andar de nalgas prontas, con las disculpas por este concepto que precisamos tiene también una connotación en lo político.

Esa campaña contra quienes ejercemos el periodismo es muy evidente tanto en los hechos como en el orquestador y protagonista de esos ataques.

Lo vemos todos los días, en las denotaciones y descalificaciones por quien cínicamente nos presume ser tolerante al ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información.

Insultos a veces con nombre y otras de manera generalizada, que remataron el sábado pasado con una amenaza general pero también muy puntual por parte de López Obrador: o estamos con él, apoyándolo en todo, o estamos en contra.

Independientemente que sirva de algo o de nada, está claro que somos muchos los que de ninguna manera callaremos, sean cuales sean las amenazas y las acciones que nos apliquen o quieran aplicar.

Tienen parte de razón quienes reclaman que algunos somos muy duros en contra del presidente, pero replicamos una vez más que existen razones de sobra.

Nunca el periodismo había sido atacado de manera tan feroz y tan consistente por parte de un presidente de la república.

No defendemos, pues, y lo hacemos con verdad y con razón.

No nos callarán
Porque ningún infundio hay en decir que este gobierno se la pasa robando, mintiendo y traicionando al pueblo de México.

Los hechos están ahí, por más que a los intolerantes les disgusten.

El periodismo, mis amigos, es en buena parte decir lo que algunos no quieren que se diga.

Y como no son complacencias, pues no les queda más que aguantar.

Seguirán con las maromas, los insultos, las descalificaciones y las amenazas.

Y continuarán también las lloraderas del intolerante mesías.

SURSUM VERSUS

Virtual este año el informe anual de labores por el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El doctor Juan Eulogio Guerra Liera ratificó a nuestra rosalina institución como una casa de estudios exitosa en la docencia, la investigación y la extensión de la cultura.

Admito que me emociona hablar de la universidad, donde estudié dos carreras distintas y en la que actualmente cursan estudios dos de mis hijos, la hermosa Vanessa del Rosario en medicina y el guapo Rubén Alfredo en Comercio Internacional; es una emoción que surge porque me tocó conocer a la UAS de antes, llena de vicios, y el muy positivo contraste que hoy tenemos y disfrutamos.

Cuántos infundios hemos visto por parte de políticos y académicos perversos, quienes con el disfraz de salvadores buscan simplemente el poder o saciar sus ánimos de venganza personal y de grupo.

Mis respetos totales para quienes se esforzaron y esfuerzan por una UAS cada vez más digna. Falta por hacer, por supuesto, pero el camino es el correcto.