EL TIO NETO Y EDUIN CAZ ACLARAN PARADAS
Ellos generaron el desacuerdo y el debate legítimo; ellos mismos determinaron también el acuerdo legítimo. Los dos hechos trascendieron igualmente las fronteras de Mazatlán y Sinaloa para bien del puerto y de su economía.
Ni en carnaval tuvimos esta polémica tan apasionante como ahora en Semana Mayor. Es el caracter de los mazatlecos, dueños de una ciudad tan hospitalaria, pujante, como alborotera.
Que el ruido de la banda, los pulmoneros y los aurigueros; que el jolgorio y la alegría en tiempos santos, en un puerto cuyas playas y malecón se han visto repletos de visitantes. Que los empresarios Neto Coppel y Amado Guzmán protestando contra la contaminación auditiva; que las bandas y sus músicos luchando por un trabajo digno y legítimo y, a modo de protesta, tocandole a los gringos bailarines que se hospedan en el hotel Pueblo Bonito, propiedad del Neto. Y la gente opinando, incendiando las benditas redes sociales. Esto apenas ocurre en Mazatlán, la capital mundial de la controversia pública, capaz de llevar a la hoguera a los nefastos en sábado de mal humor; de deponer alcaldes y llevar al poder al color partidista menos pensado.
Es el Mazatlán tolerante donde los jóvenes de Culiacán, y de muchas otras ciudades del país, vienen a deschongarse y a vestirse de playeros, a tomar cerveza despreocupados caminando por el malecón y pensando lo qué les pasaría si hicieran lo mismo por su avenida principal: La Obregón.
Lo último que me llega, acá en la sierra, es la reunión del tío Neto con Eduin Caz, vocalista del grupo Firme, donde aclaran paradas y fuman la pipa de la paz. El neto dice que no dijo lo que dicen que dijo y al final termina cantando el corrido de Mazatlán, un remate llegador para la raza pata salada. Eduin y el empresario Carlos Escobar, el primero en una representación simbólica de la raza bandera y el segundo como intermediario para alcanzar la relativa paz.
Pero esto aún no termina, viene Semana de Pascua y le sigue la Semana de la Moto, escenario perfecto para otro San Quintín. De que habrá «mitote» habrá, empezando por el organizado desmadre de los «motolocos» cuya pista favorita es el malecón más hermoso del mundo. Y así vienen otras fechas continuas y Mazatlán inmerso en el remolino de las pasiones. Así por siempre.
A seguir comiendo marisco y tomando Pacífico.