FISCALÍA LOCAL, EN LA MIRA DE LA FGR
Eso sí, la nomenclatura (Consejo de “Seguridad” Pública, Ejecutivo Estatal, Congreso) optó por nombrar a una Fiscal General, Claudia Zulema Sánchez Kondo, que en su carácter de Fiscal Zona Centro fue la responsable de investigar el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, cuyas conclusiones fueron cuestionadas en su momento por la propia FGR, quien hizo públicas diez inconsistencias y, entre ellas, desacreditó el video donde supuestamente una persona balaceó al ex rector en una gasolinera para robarle el vehículo, versión calificada luego como montaje.
A pesar de estos antecedentes, la mayoría de diputados en el Congreso acató la orden de nombrar a la Fiscal Sánchez Kondo, quien ahora tendrá que responder ante la Fiscalía General de la República como principal cabeza en la investigación del asesinato de Cuén Ojeda, y de los escoltas de “El Mayo Zambada”.
De acuerdo a un boletín oficial de la FGR, se informa que “por lo que toca a las investigaciones de los hechos ocurridos en Huertos del Pedregal, Culiacán, Sinaloa, relacionados con el homicidio de Héctor “N” y de las supuestas escoltas de Ismael “N”, esta institución procederá de inmediato a citar a los servidores públicos de todos los niveles de la Fiscalía local, incluyendo a policías y peritos, que hayan intervenido en las diligencias del fuero común, o que tengan algún vínculo con esos hechos para, con ello, precisar los datos pertinentes de su actuación”. Hasta aquí parte del boletín oficial. Más claro, imposible.
¿Porqué la estructura de poder en Sinaloa, a sabiendas de que el perfil y los antecedentes de la nueva Fiscal los llevaría más al descrédito, procedieron al nombramiento? ¿Lo hicieron para proteger a algún implicado en los hechos que la propia FGR ha dado a conocer públicamente? ¿O lo hicieron porque no entienden que no entienden y que lo obtuso de sus razonamientos son irremediables y responden a intereses personalmente muy limitados?
¿No era preferible nombrar en la Fiscalía local a alguien ajeno a la investigación del caso Cuén, partiendo de la idea básica de que la FGR ya había prácticamente descalificado el trabajo de Sánchez Kondo? Pero sobre todo haber enviado señales del interés del Gobernador Rubén Rocha para que los hechos del 25 de julio se esclarezcan sin la sombra de la sospecha.
Pero no, no fue así y ahora en lugar de tener a una representante “autónoma” de la procuración de la justicia que nos merezca confianza y respeto, tenemos a una Fiscal que será citada por la Fiscalía General de la República para que “precise los datos pertinentes” a la investigación que ella encabezó y que resultó harta cuestionada.
Y en todo esto la gente da por hecho que este tipo de nombramientos, como en el caso de la Fiscal, se desarrolla en el campo de la faramalla y dicen con razón: “Qué casualidad que de los 22 aspirantes quedaron al final dos altos funcionarios de la Fiscalía identificados de manera muy cercana con el gobierno del estado”. Ni siquiera eso cuidaron. ¿Había necesidad de tanto? ¿Y el Congreso? El Congreso, su mayoría, convertido en el eco indigno de la orden que se acata sin chistar. Punto.
Pero hay que decirlo, la faramalla empieza desde un mentado Consejo Estatal de Seguridad Pública que nadie sabe como se elige: ¿A quién representa? ¿Quiénes son?, ¿Qué hacen? ¿A quién obedecen o le rinden cuentas? Claro que al pueblo sabio y bueno no, porque con ese Consejo, sin ese Consejo y a pesar de ese Consejo la violencia sigue presente en los espacios públicos y privados de Sinaloa. Eso sí, son buenos para la interpretación estadística y para enmendarle la plana a las autoridades.
Total que en los próximos días habrá seguramente novedades porque en el boletín de la FGR se dice claramente que esa institución “procederá de inmediato a citar a los servidores públicos de todos los niveles de la Fiscalía local”. ¿Por quién empezarán? Iniciarán lógicamente por quienes están en el centro del escándalo, empezando por la nueva Fiscal en Sinaloa y por la que acaba de renunciar: La señora Sara Bruna Quiñónez. Ya veremos.